miércoles, 28 de octubre de 2009

APRENDER A SER


Dra. Claudia Leticia Yánez Velasco
Mtro. Miguel Carlos Jarquín Marín
Mtro David Loaiza Muñoz



Texto leído en el Panel impartida el 15 de octubre 2009 en el auditorio Dr. Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina de la UNAM en el marco del 6to Congreso Mundial de las Juventudes Científicas. México City.



En este trabajo se presenta la experiencia educativa de la formación de la identidad del psicólogo que se lleva a cabo en la Universidad de Colima, basada en las propuestas de la UNESCO para la educación del siglo XXI: Los cuatro pilares: Aprender a Conocer, Aprender a Hacer, Aprender a Convivir y Aprender a Ser.

Esta experiencia constituye un desafío, ya que reta a la imaginación creativa para ir más allá de los límites en que la cultura y la educación han estado presentes, proponiendo una visión diferente de la experiencia formativa de la identidad personal y profesional

Este desafío experiencial se mueve en varias dimensiones a partir de una visión holística y dinámica de la realidad donde se integran varias perspectivas: una comprensión personalista del ser humano, una consideración humanista de la cultura y un consideración creativa de la educación.

Una comprensión personalista del ser humano

“En esta visón personalista de la educación, el saber ser, el psicólogo es visto como un ser humano - persona- humanista que vive y es vida, con ética y ético en su responsabilidad muy aproximado a lo escrito como perfil”.

“Aprender a ser significa comprender mis experiencias cotidianas que se dan en mi mundo concreto, a lo largo del tiempo que ahora vivo, y en el espacio físico en que se desarrolla mi diaria experiencia del vivir”.

“Buscamos llegar a comprender cómo vivimos, cómo pensamos como actuamos…y por qué vivimos, pensamos, sentimos o actuamos así y no de otra manera”.

Una visión de la cultura desde la existencia como apertura.

Aprehender la realidad no es resultado de un frío análisis objetivo, sino de un apasionado (o emocional) análisis existencial, sometido a cambios constantes: en mi cuerpo, en mi espíritu, en mi entorno físico y social. . . Así, lo vivido –lo vivenciado- me permite aprender y aprehender mas significativamente que lo explicado o lo estudiado, aunque esto puede también tener un sentido para mí cuando lo que se explica y lo que se estudia (que me explican o estudio) tiene alguna relación con mi diario vivir, con mi trabajo o con alguna de las actividades que desempeño en este difícil y complejo oficio de llegar a ser yo –mismo, de llegar a ser humano, pues no hay primero un yo y luego un mundo (físico o social), sino que el yo- y-mi-mundo constituyen mi conciencia –y en ella cambian- mediante un mismo acto de representación. Mi ser esencial es apertura. . .”



Una visión de educación

Personalismo
A partir de la parte central de este proyecto se encuentra la formación de la “Persona” y con ello, todo un desafío en cuanto al aspecto educativo: Implementar estrategias innovadoras para incluir la comprensión de sí mismo como un ser concreto, en un mundo de significados, que se autoconstruye tomando dediciones y en comunicación interpersonal con los otros con un enfoque existencial.

Contenidos
La implementación de un programa con elementos para sensibilizar, reflexionar, promover la ética y desarrollar habilidades para pensar justo el primer año de la carrera ( etapa de la confianza, según Catalina Harsch) fue de permitir que se genere un sentimiento rudimentario de identidad profesional a través de la relación continua y la identificación con sus maestros. En este año se coloca la piedra de toque de cambio para generar un mayor espacio para la integración del saber ser, el saber conocer, el saber hacer y el saber convivir.

La identidad
“De esta manera es posible visualizar en el espiral del proceso de formación profesional, que la identidad como elemento clave incluye la formación como persona en interacción con la formación profesional, en la búsqueda de la identidad profesional”.

Autotransformación
“La continua interacción de los cuatro “yos”, del ser humano permiten que el psicólogo experimente un sentimiento de mismidad y continuidad, de ser la persona que es mediante la acción y la reflexión, transformarse él mismo, y convertirse de objeto en sujeto de su propia educación. Lo anterior permitirá, a su vez, facilitar, compartir y ceder a la siguiente generación, la sabiduría adquirida”.

Afectividad
Me queda claro, que los pensamientos y el aprendizaje no están desprovistos de emociones, de hecho, sin sensaciones es difícil tener un aprendizaje.

Aprendizaje vivencial
Y en un aprendizaje vivencial sentimos y experienciamos la relación interpersonal aquí y ahora en el grupo y se inicia una manera de dirigirse y dirigir sus encuentros personales con asertividad, con apertura.

Enfoque existencial
“Por esta razón, el enfoque existencial del aprendizaje permite comprender la continua interacción entre actores sociales (individuales o colectivos), reglas y situaciones”.






Quienes pertenecemos al enfoque que bebió de la fenomenología existencial, como lo es la psicoterapia guestalt, tenemos una creencia básica, que en palabras de Louis Pojman suena así: “sólo lo que se aprende por medio de la experiencia personalmente se conoce verdaderamente”. ¿De dónde viene esta tradición? Para responder a esta pregunta es necesario remontarnos a lo que significó originalmente la filosofía existencial, que apostaba a que el hombre, si vivía con pasión, podría ser un «pensador subjetivo». De esta manera, el filósofo existencial era un «pensador que habitaba su propio pensamiento», poderosa expresión de Jean Lacroix.
Esta idea fue generada por Sören Kierkegaard quien planteó: «sólo la verdad que edifica es verdadera para ti». Ya tenemos el cimiento sobre el cual se construyó el pensamiento del enfoque existencial: el hombre ha de constituirse a partir de la verdad que descubre. Sin embargo, la primera ojeada nos llevaría a pensar que esa verdad está fuera del hombre, como lo ha sostenido la ciencia positivista y, por supuesto, hay que ir tras ella como un objeto precioso que debemos conseguir a toda costa.
Nada más lejos de la propuesta kierkegaardiana. Vayamos a buscar en sus escritos una pista que nos acerque más a su concepción. En las páginas de su Diario encontramos una pregunta: «¿cómo el hombre se convierte en persona?», ―usamos aquí la palabra persona, pero puede ser también individuo y genuino, que más tarde utilizaremos―. Ya estamos en la pista: la persona no es un ser, sino un llegar a ser, esto es, un acto de conversión. La persona sólo se concibe como ser-que-existe en la medida en que es-proceso. La persona no es un ser terminado, sino un ser-en-camino. Cien años más tarde, Carl Rogers quiso contestar a Kierkegaard y lo hizo con un texto que, seguramente, todos conocemos: El proceso de convertirse en persona.
Con este texto, esta potente idea adquirió carta de ciudadanía entre los psicólogos. El tema no tenía que deambular perdido en el mundo de la filosofía, sino que podía pasar a las áreas en donde los hombres se forman y a su vez, se vuelven formadores de otros, como es la psicología y la educación. La tarea de formar tiene que ver con este proceso de llegar a ser y si no, vayamos al concepto mismo de educación: hacer florecer al hombre en su existencia.
Ahora bien, ¿cómo este hombre puede procesarse? Con pasión. No hay otro camino. Kierkegaard hace un llamado a los mediocres de su época. ¡Salgan de ahí: existan! De nuevo sus palabras hinchan la velas: «den a un hombre energía, pasión y con eso, él lo será todo». ¿Qué impulsa a Kierkegaard a hablar tanto de la pasión? Dos razones primordiales: 1) sin pasión no hay posibilidad de salir de la mediocridad en la que vivía el hombre cristiano del siglo diecinueve, 2) para atreverse a vivir como un proceso, esto es, atreverse a dar el salto de la fe, se requiere pasión, ya que hay que pasar por la angustia y la libertad y así conseguir «volar sobre el vértigo de sus propias posibilidades».
Hemos llegado a un momento nodal de la reflexión: ¿qué significa la posibilidad para el hombre? Jean-Paul-Sartre, cuando interpreta este pasaje del pensamiento del poeta danés, para explicarlo recurre a una fantasía: imaginemos a Adam, ese primer hombre, en el momento en que es expulsado del paraíso: lo primero es que se halla pasando de la inocencia a la conciencia: Menudo hallazgo, pero sigamos. Lo segundo es que al quedar frente al mundo recién descubierto, no vio nada. Y además, no sólo no vio nada, sino que sintió la nada dentro de sí mismo. Así apareció por primera vez en el mundo, el hecho de la subjetividad, es decir, la conciencia de sí mismo y de ahí, la responsabilidad sobre sí mismo. La nada es ese desagajamiento interior que nos despega del universo y nos hace construir un mundo, a partir de la posibilidad-de-ser. Este es el principio del potencial desde el enfoque existencial. No hay nada en nosotros previo que nos convierte en lo que ya éramos, sino que somos total novedad.
La subjetividad nos liga al tema de la primera persona: el yo, tema tan querido por la psicología y en especial el humanismo centrado en el yo. Nueva pregunta: ¿qué es el yo? En la Enfermedad mortal, recupera un tema que estaba en Hegel: la dialéctica el ser-más-allá y de otro.modo-que-ser, afirmando: el yo es la relación. De tal manera que el yo surge como fruto de la relación. No es un ser-en-sí-mismo, sino justamente, un más-allá-que-sí-mismo. ¿Cómo es posible esta afirmación?
Para entenderlo mejor, traigamos a Marcel y Buber: el yo aparece sólo cuando es in-vocado por el tú. El yo es respuesta al tú. Esto es: un ser que se sujeta ―sujeto, subjetividad― a la llamada del otro. El yo no es una sustancia en sí mismo. El yo se perfila como el perfil de la duna que baila ante el vientecillo del tú que lo mueve. Esta proposición nos lleva a una nueva afirmación: el hombre se vuelve genuino en la medida en que se pone delante del otro. Por eso, existir es tomar posición ante el otro.
Esta vivencia de la genuinidad nos pone de cara ante el dato: para comprender, hay que convertirse en lo que se entiende. Si este ser es la verdad, entonces comprender es convertirse en esa verdad. Esto es, volverse verdadero ante el otro. Sólo en este sentido podemos afirmar que la verdad es subjeivida. Y urge definirla: la verdad subjetiva es la correspondencia ante la disposición interna y el ideal que la persona considera como verdad.
De esta suerte Kierkegaard separó dos tipos de verdad: la primera a la que consideró esencial y se refiere a la existencia: este hombre volviéndoe verdadero, y la segunda que la observó como accidental y ella está referida a la inteligencia: el hombre conociendo la ralidad en tanto que real.
La meta de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima en su progrma de identidad, concetada con estos principios que hemos propuesto afirma lo siguiente:

“Reconstruir el rol de cada profesionista acorde a los nuevos tiempos y el de los estudiantes de educación superior, requiere de nuevas estrategias en las aulas, para encaminarnos a un futuro deseable buscando generar la reflexión disciplinaria. Al paso de los semestres con el trabajo, la evaluación, la difusión y retroalimentación que realizamos, en la construcción de las identidades: personal, profesional e institucional. En este trabajo se hace un alto para mirar en la huella que nuestro paso ha dejado. Poder mirarnos en el espejo de lo que fue, de lo que hoy somos y de lo que queremos llegar a ser… como personas, como profesionistas y como comunidades formadoras de científicos humanistas”.

Nuestra Facultad ha logrado un equilibrio entre las dos verdades: por un lado el aprender a ser de nuestros estudiantes como camino de conquista personal y como aprendizaje de competencias adecuadas para cumplir con el servicio que como Universidad se nos ha encomendado. Nuestros alumnos han alcanzado, gracias a su formación, un alto nivel de conciencia de sí mismos, transformando su vida en existencia, gracias a las opciones que han aprendido a tomar desde su ser personal, y los compromisos que han asumido.
Hoy queremos dejar una invitación: ninguno de los enfoques poseen una interpretación total de la realidad, pues toda verdad es siempre una aproximación a lo real, ¿qué tal si aprendemos a dialogar desde este visión en que la existencia de nuestros jóvenes es valiosa en tanto que personas y generamos planes de estudio que enriquezcan sus visiones y no que las estrechen?
Nuestros alumnos nos han enseñado que si apostamos por formarlos en la autenticidad como apertura a la lección de la vida, muy pronto se hallan de cara a la esperanza. Y así, su existencia halla un sentido al servicio de los otros.
Un gran abrazo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Scans show learning 'sculpts' the brain's connections

Scans show learning 'sculpts' the brain's connections
October 9th, 2009

Spontaneous brain activity formerly thought to be "white noise" measurably changes after a person learns a new task, researchers at Washington University School of Medicine in St. Louis and the University of Chieti, Italy, have shown.

The Neural Correlates of Religious and Nonreligious Belief

The Neural Correlates of Religious and Nonreligious Belief
Sam Harris 1,7,10, Jonas T. Kaplan 2, Ashley Curiel 3, Susan Y. Bookheimer 4,5,6,7,9, Marco Iacoboni 1,4,6,7, Mark S. Cohen 5,6,7,8,9

1 UCLA Ahmanson-Lovelace Brain Mapping Center, David Geffen School of Medicine, University of California Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
2 Brain and Creativity Institute and Department of Psychology, University of Southern California (USC), Los Angeles, California, United States of America,
3 Department of Clinical Psychology, Pepperdine University, Los Angeles, California, United States of America,
4 Semel Institute for Neuroscience and Human Behavior, University of California Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
5 Center for Cognitive Neuroscience, University of California Los Angeles, Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
6 Departments of Psychiatry and Biobehavioral Sciences, University of California Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
7 The Brain Research Institute, University of California Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
8 Departments of Neurology, Radiological Sciences, Biomedical Engineering, and Biomedical Physics, University of California Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
9 Department of Psychology, University of California Los Angeles (UCLA), Los Angeles, California, United States of America,
10 The Reason Project, Santa Monica, California, United States of America

Abstract
Background
While religious faith remains one of the most significant features of human life, little is known about its relationship to ordinary belief at the level of the brain. Nor is it known whether religious believers and nonbelievers differ in how they evaluate statements of fact. Our lab previously has used functional neuroimaging to study belief as a general mode of cognition, and others have looked specifically at religious belief. However, no research has compared these two states of mind directly.

Methodology/Principal Findings
We used functional magnetic resonance imaging (fMRI) to measure signal changes in the brains of thirty subjects—fifteen committed Christians and fifteen nonbelievers—as they evaluated the truth and falsity of religious and nonreligious propositions. For both groups, and in both categories of stimuli, belief (judgments of “true” vs judgments of “false”) was associated with greater signal in the ventromedial prefrontal cortex, an area important for self-representation emotional associations, reward and goal-driven behavior. This region showed greater signal whether subjects believed statements about God, the Virgin Birth, etc. or statements about ordinary facts. A comparison of both stimulus categories suggests that religious thinking is more associated with brain regions that govern emotion, self-representation, and cognitive conflict, while thinking about ordinary facts is more reliant upon memory retrieval networks.

Conclusions/Significance
While religious and nonreligious thinking differentially engage broad regions of the frontal, parietal, and medial temporal lobes, the difference between belief and disbelief appears to be content-independent. Our study compares religious thinking with ordinary cognition and, as such, constitutes a step toward developing a neuropsychology of religion. However, these findings may also further our understanding of how the brain accepts statements of all kinds to be valid descriptions of the world.

Source: PLoS One [Open Access]

Posted by
Robert Karl Stonjek

domingo, 4 de octubre de 2009

Center for Philosophy of Science

Francis Crick Biography Workshop Program

Friday, 20 November2009
Center for Philosophy of Science
817R Cathedral of Learning
University of Pittsburgh
Pittsburgh , PA USA